Durante el día de Navidad de 1914, en plena I Guerra Mundial,
un puñado de soldados británicos y alemanes decidieron dejar el fusil y
jugar un partido de fútbol en pleno campo de batalla.
(Escrito por Alberto Vargas) Ver artículo original
El frente occidental estaba helado aquella terrible Navidad de 1914. La nieve y el viento no habían conseguido frenar los durísimos combates que se vivían alrededor de la localidad belga de Ypern; los muertos se contaban por miles en una línea de trincheras larguísima defendida por un lado por militares ingleses y franceses y por el otro por alemanes, austriacos y húngaros.
Aquella Nochebuena sucedió algo que nunca más se ha vuelto a producir en la historia de los conflictos bélicos que han tenido lugar por todo el planeta: una improvisada tregua de Navidad puesta en marcha exclusivamente por soldados. Durante poco más de 24 horas, los hombres que rivalizaban en esa sangrienta línea de trincheras dejaron las armas para confraternizar en unas fechas tan señaladas. Cientos de ingleses, alemanes, franceses y austriacos cantaron villancicos juntos, compartieron whisky, intercambiaron cigarrillos y jugaron un apasionante partido de fútbol. No fue el primer duelo internacional entre naciones pero sí el más emotivo. Algunos historiadores han puesto en duda la disputa de ese encuentro improvisado en pleno campo de batalla, pero las últimas investigaciones aseguran que ese choque navideño se disputó durante la mañana del 25 de diciembre de 1914.
Los periódicos de la época, ingleses y alemanes, ya confirmaron hace 99 años que el partido se jugó en tierra de nadie y enfrentó a un Real Regimiento Sajón y a un Batallón de Infantería de Escocia. Antes de que arrancara aquel magnífico duelo, los dos ejércitos procedieron a limpiar el terreno de juego de cascotes de bala y proyectiles de artillería, algunos de ellos sin explotar. Horas antes, también habían retirado de esa zona los cuerpos insepultos de los caídos días atrás, llegando a producirse un entierro conjunto y una misa en la que participaron sacerdotes castrenses de los dos ejércitos.
"Apareció un soldado escocés con un balón"
El 'partido de la paz', como muchos llaman a este precioso episodio de la I Guerra Mundial, solo duró una hora y terminó con victoria alemana por 3-2. "A pesar de estar cansados, los futbolistas jugaban con mucho entusiasmo. Nosotros, los alemanes, descubrimos con sorpresa que los escoceses jugaban con sus faldas sin tener nada debajo. Una hora después, nuestro oficial en jefe se enteró de lo que estaba pasando y ordenó suspender el partido", afirmaba Niemann a sus seres queridos.
Los mandos militares de los dos ejércitos acabaron con la magia de aquel partido. Sin embargo, este acontecimiento marcó la vida de cientos de combatientes que lucharon durante la I Guerra Mundial. Un oficial británico escribiría muchos años después que "pagaría todo el oro del mundo por repetir aquella maravillosa tregua navideña y aquel inolvidable partido de fútbol". Lo que no habían conseguido los líderes políticos de entonces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario